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lunes, 9 de mayo de 2016

Escuadrilla Azul (III)

PATRULLA AÉREA SOBRE RUSIA


Cartón preparatorio para óleo



La Tercera Escuadrilla Azul patrulla los cielos de Rusia

Pintura de un fw-190 de la Tercera Escuadrilla Azul durante la Segunda Guerra Mundial

Encargue su lámina u óleo:


La Tercera Escuadrilla Azul y la llegada de los Fw-190


Al mando del comandante Carlos Ferrándiz Arjonilla, la Tercera Escuadrilla Azul estaba integrada por un total de 19 pilotos, además de los mecánicos y demás personal auxiliar. Desde diciembre de 1942 hasta julio de 1943, participó en 1.716 misiones de vuelo y derribó un total de 62 aviones enemigos, una cifra considerablemente mayor que las anteriores escuadrillas, pues la aviación soviética empezaba a levantar el vuelo tras el colapso provocado por la Operación Barbarroja.

Inicialmente, la Tercera Escuadrilla comenzó a volar con los veteranos Bf-109 procedentes de la Segunda Escuadrilla Azul, aunque se incorporaron algo más tarde algunos Messerschmitt Bf-109 del tipo G4. Sin embargo, el duro castigo infligido por los soviéticos a la base de la Escuadrilla Azul en Orel, con la pérdida de casi todos los aparatos de la unidad expedicionaria española, habría de ser compensado con la incorporación de los magníficos Focke-Wulf Fw-190. Así, desde finales de abril de 1943, con un caza ágil y poderosamente armado, la Escuadrilla Azul desempeñará muy eficazmente sus misiones de combate aéreo y apoyo a la retirada alemana del saliente de Rhzev.

Nuestra pintura ha querido reflejar, con algunas licencias artísticas, la transición del equipamiento aeronáutico que se dio con la Tercera Escuadrilla Azul, esto es, el paso del Messerschmitt Me-109 al Focke-Wulf Fw-190. En nuestra imagen, una pareja de aviones de la Tercera Escuadrilla Azul sobrevuela un tardío paisaje nevado de la Rusia central durante la Segunda Guerra Mundial. En primer plano, un recién estrenado fw-190 domina la escena, mientras más al fondo y con un protagonismo en marcha hacia su ocaso, un Bf-109 parece querer perderse en las inmensidades infinitas de los espacios rusos.

Proceso Artístico


El desarrollo de este trabajo lo exponemos someramente en las imágenes que acompañamos debajo de este párrafo: partiendo de un esbozo a lápiz de la idea compositiva, hemos procedido a su digitalización. Sobre la base del archivo digital así creado, comenzamos a definir progresivamente formas, colores, volúmenes y ambientación general de la obra. Es un trabajo muy manual y complejo que requiere tino y paciencia en el empleo de los medios informáticos (pese al mito, el ordenador no hace nada solo). Finalmente, el resultado es un archivo de imagen en alta resolución que puede destinarse a reprografía directa, o utilizarse como base para realizar una edición limitada de auténticos óleos económicos. Si estás interesado en cualquiera de estas opciones



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