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El saludo al cañón
Desde tiempos inmemoriales las marinas y gentes de mar han empleado vistosas -y ruidosas- expresiones de cortesía y de mutuo respeto, amistad o consideración que se extendían incluso al
enemigo. Desde la introducción de la pólvora, una de las más sonoras y espectaculares era el saludo al cañón, es decir, el empleo de toda o parte de la artillería embarcada con fines pacíficos y de salutación. Al principio los disparos debieron ser producidos de manera un tanto anáquica y no pocas veces peligrosa, tanto para saludadores como saludados. Poco a poco, esta manifestación de cortesía fue puliéndose y sometiéndose a reglas precisas, de manera que acabó convirtiéndose en el estricto ceremonial de hoy en día. Efectivamente, en la actualidad, el saludo al cañón está muy regulado y consiste en un número de disparos de los cañones de saludo, hecho uno a uno, con una cadencia aproximada de cinco segundos.
El saludo al cañón es muy notorio, lo entiende todo el mundo y se practica internacionalmente de forma parecida, pero tiene el inconveniente de que, en la actualidad, son pocos los barcos que montan cañones de saludo. Además, se da la circunstancia que las autoridades de algunos puertos no permiten la realizarción de tan rotundo y sonoro honor, por lo que, aun disponiendo de cañones, es preciso sustituirlo por el saludo a la voz equivalente.
El saludo al cañón es muy notorio, lo entiende todo el mundo y se practica internacionalmente de forma parecida, pero tiene el inconveniente de que, en la actualidad, son pocos los barcos que montan cañones de saludo. Además, se da la circunstancia que las autoridades de algunos puertos no permiten la realizarción de tan rotundo y sonoro honor, por lo que, aun disponiendo de cañones, es preciso sustituirlo por el saludo a la voz equivalente.
Nuestra pintura naval
Representa la entrada de una escuadra española de finales del XVIII en un puerto cualquiera de los vastísimos dominios de la Monarquía Hispánica, en el preciso momento de producirse los primeros disparos de cortesía o saludos al cañón. El navío de tres puentes que encabeza la formación enarbola en el tope de su palo mayor una bandera rojigualda y cuadra, significando de este modo la presencia a bordo de un Capitán General de la Armada.
Fuentes
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