La batalla de Elviña (1809)
El desastre de Dupont en Bailén (julio de 1808) quebró por completo el plan francés sobre la Península Ibérica: los ejércitos napoleónicos hubieron de replegarse al abrigo de la línea del Ebro, el Rey José evacuó Madrid y los sitios de Zaragoza y Gerona fueron levantados por una Francia desconcertada con los inesperados descalabros peninsulares. Ante la gravedad de la situación, Napoleón Bonaparte decidió intervenir personalmente en España comandando una nueva invasión con lo más granado de sus ejércitos. Así, tras arrollar a las armas españolas en Gamonal, Tudela y Somosierra, Napoleón ocupaba Madrid (diciembre de 1808) y reponía en el trono a su abstemio hermano "Pepe Botellas". Sin embargo, la presencia de un ejército británico en la España peninsular amenazaba peligrosamente el dispositivo militar del Bloqueo Continental decretado por Napoleón y hacía urgente su inmediata aniquilación.
En este contexto, el avance hacia Valladolid del ejército inglés estacionado en Salamanca expuso su retaguardia a las fuerzas francesas que, tras la llegada de Napoleón a España, penetraban veloces por el valle del Tajo e irrumpían en la cuenca del Duero desde Madrid, a través del Puerto de Somosierra. Esta nueva situación comprometía gravemente las comunicaciones inglesas con Portugal y Sir John Moore, general en jefe del ejército expedicionario británico en España, hubo de zafarse de los movimientos envolventes de los franceses retirándose sobre Galicia.
El movimiento retrógado de Moore hacia La Coruña -la Marcha de la Muerte- fue más una persecución que una retirada. Con las tropas francesas del mariscal Jean-de-Dieu Soult pisándole los talones, el general inglés hubo de hacer frente a constantes refriegas, escaramuzas y combates. El forcejeo entre ingleses y franceses culminó en la Batalla de Elviña, a vista de La Coruña (enero de 1809); a resultas de ella Moore logró contener el avance de Soult y, a costa de su propia vida, embarcar su ejército en la flota despachada desde Gran Bretaña para tal fin .
En este contexto, el avance hacia Valladolid del ejército inglés estacionado en Salamanca expuso su retaguardia a las fuerzas francesas que, tras la llegada de Napoleón a España, penetraban veloces por el valle del Tajo e irrumpían en la cuenca del Duero desde Madrid, a través del Puerto de Somosierra. Esta nueva situación comprometía gravemente las comunicaciones inglesas con Portugal y Sir John Moore, general en jefe del ejército expedicionario británico en España, hubo de zafarse de los movimientos envolventes de los franceses retirándose sobre Galicia.
El movimiento retrógado de Moore hacia La Coruña -la Marcha de la Muerte- fue más una persecución que una retirada. Con las tropas francesas del mariscal Jean-de-Dieu Soult pisándole los talones, el general inglés hubo de hacer frente a constantes refriegas, escaramuzas y combates. El forcejeo entre ingleses y franceses culminó en la Batalla de Elviña, a vista de La Coruña (enero de 1809); a resultas de ella Moore logró contener el avance de Soult y, a costa de su propia vida, embarcar su ejército en la flota despachada desde Gran Bretaña para tal fin .
Nuestra pintura
Resultado de un encargo, nuestra pintura describe artísticamente el panorama general de los combates que sostuvieron los ingleses de Moore para permitir el embarque de sus tropas en los buques de la Royal Navy fondeados en La Coruña. Está realizada al óleo, en lienzo sobre bastidor y a un tamaño de 126 x 95 cm.
Requisitos Previos
La composición del cuadro debía cumplir las siguientes condiciones establecidas previamente por el cliente:- El punto de vista del cuadro a realizar debía ser el correspondiente al lado francés, con el observador situado en las alturas de Peñasquedo que dominan Elviña y dan vista a La Coruña y su puerto.
- El primer plano debía mostrar la artillería francesa sobre las citadas alturas de Peñasquedo, con las bocas de sus cañones en dirección a Elviña y el monte Mero. Algo más abajo de las piezas de artillería y sus sirvientes, debía verse descendiendo colina abajo y hacia la aldea de Elviña, a los regimientos de la infantería de línea francesa.
- En un segundo plano había que pintar al mariscal Soult acompañado de su E.M. observando las evoluciones de la batalla.
- La aldea de Elviña, eje de la batalla y escenario de encarnizadas luchas por su dominio, conformaría el tercer plano.
- En un cuarto plano se situaría el despliegue inglés sobre el monte Mero y, en la medida de los posible, el momento en el el general Moore es herido de muerte por una bala perdida de la artillería francesa.
- Finalmente, el quinto y último plano estaría constituido por La Coruña y la flota inglesa fondeando en sus aguas. La Torre de Hércules recortada sobre el Atlántico y en lo alto de la colina que domina la ciudad habría de identificarse sin dificultad y posicionarse más o menos centrada en el cuadro.
Esquema Preliminar
Tras varias discusiones y aproximaciones preliminares, con intervención del cliente y teniendo en cuenta la documentación existente sobre la Batalla de Elviña (relatos, despliegue de fuerzas, cartografía y datos de uniformología), se llegó a los esquemas inciales que se muestran en los bocetos uno y dos, siendo el segundo el que se decidió llevar adelante.
Desarrollo
Tras determinar la configuración del cuadro según el concepto antedicho, tocaba ahora centrarse en su ejecución pormenorizada, para lo cual hicimos estudios particularizados de los diferentes elementos de la composición:
- El terreno: el apunte al óleo que mostramos es la traducción pictórica del estudio del terreno según las necesidades artísticas del trabajo a realizar, y sigue con bastante exactitud el esquema inicial seleccionado: una plataforma de primer plano para situar los cañones franceses, la aldea de Elviña, el monte Mero detrás y La Coruña al fondo, con la Torre de Hércules en la situación deseada.
- Los artlleros franceses: Como ya dijimos, el primer plano estaría configurado por las baterías francesas sitas en las alturas de Pelavéa y Peñasquedo. Aquí no se trataba de hacer una descripción exacta del número y lugar de las baterías francesas desplegadas realmente para la batalla, sino más bien ejecutar una composición sintética en aras del equilibrio y sencillez compositiva. Sobre estas premisas nos decidimos a ocupar ese espacio con dos cañones y ocho figuras: siete sirvientes y un oficial dirigiendo el tiro. Para facilitar el trabajo, se descompuso la línea artillera en dos grupos de un cañón y cuatro figuras cada una, resultando los fragamentos siguientes:
- El grupo de Soult: al igual que con los artilleros, había que sintetizar el equipo rector de las armas francesas -con su mariscal al frente- mediante un grupo de figuras que integrase al general en jefe con sus oficiales, observando las vicisitudes de la batalla y dirigiendo las evoluciones de las fuerzas a su mando. La concepción gráfica de este elemento se muestra en la imagen que se acompaña y serviría más adelante como guía para su incorporación al cuadro en el sitio correspondiente.
- La muerte de Moore: aunque el fragmento del cuadro referido a la herida mortal recibida por Moore durante la batalla de Elviña no iba a tener un tamaño significativo, hicimos el estudio aproximativo del suceso para poder plasmarlo en una lámina ulterior, en dimensiones que permitiesen apreciar la escena en un mayor detalle.
. - Ensamblado de componentes: Una vez hechos los estudios particularizados de componentes básicos, procedemos a ensamblarlos sobre una base dimensionada conforme al tamaño del cuadro a realizar ( 126 x 95 cm). Con este material, que mostrabos debajo de estas líneas, podremos trasladar el esquema general de la pintura al lienzo correspondiente e iniciar el proceso pictórico propiamente dicho con óleos y pinceles,
El óleo
El resultado del trabajo es el óleo que podéis ver en esta sección. Estará hasta finales de marzo en el Museo Militar de A Coruña, en la sala dedicada a la Batalla de Elviña.
Os adjuntamos también una foto del día de la inauguración de la exposición en el Museo Militar, con el director del Museo, el coronel Don Antonio Montero y nuestro amigo, y promotor del cuadro, Don Manuel Santiago Arenas custodiado por un recreacionista con uniforme británico de la epoca de la batalla.
La reseña del evento:
Muy interesante el artículo y felicitaciones por la representación pictórica y el punto de vista de la misma. ¿Aceptáis encargos para particulares?
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Respecto al tema de los encargos, sí los aceptamos. Puedes contactar con nosotros a través de artemilitarynaval@gmail.com
EliminarUn cordial saludo