Llevados de la admiración estética que inspiran las pinturas románicas del impresionante artesonado de la Catedral de Teruel, en artemilitarynaval hemos querido rendir un homenaje a este tesoro del Arte Universal de neto sabor español. Para ello, iniciamos ahora una colección de policromías sobre tabla que irán recogiendo las espléndidas figuras que conforman la parte más sustancial de la techumbre del singular templo catedralicio turolense.
Piezas disponibles
Características de las figuras
Las figuras constituyen una amplia representación de la sociedad medieval de finales del siglo XIII. Así, podemos observar personajes pertenecientes a todas las clases sociales y profesiones de la época: desde monarcas, guerreros y alto clero, hasta bailarinas, agricultores o músicos.
En lo que respecta a nuestro trabajo, las piezas están realizadas sobre soporte de madera de 5mm de espesor, miden 29 cm de alto por 11 cm de ancho, salvo el caballero con lanza en ristre, que tiene 21 cm de anchura. Para la policromía se han utilizado pinturas acrílicas, y para oros y armaduras pinturas metálicas, todas ellas aplicadas a mano. Completa el trabajo un dorso recubierto con fieltro aterciopelado oscuro.
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Escena militar de sabor medieval: dos caballeros ataviados de sus armaduras al completo cruzan sus lanzas en violento choque.
Esta obra, cuyos estadios sucesivos hemos ido mostrando en el blog, servirá de esquema para realizar diversos productos artísticos basados en pintura tradicional, reprografía de alta calidad y trabajos de pirograbado y policromía al óleo sobre madera.
La imagen inferior muestra el resultado final: los caballeros medievales pintados en policromía sobre una plancha metálica o madera dorada (latón o pan de oro). Más abajo se muestran las sucesivas fases de realización de una obra que también ofrecemos en lámina reprográfica (según el esquema del fragmento más abajo expuesto).
Adquiera nuestro trabajo en la modalidad que desee.
Hoy, fiesta del apóstol Santiago, patrón de España y de la Caballería Española, y dos días después de que se celebrara XIVC aniversario de los épicos hechos protagonizados por el heroico Regimiento de Caballería Alcántara el 23 de julio de 1921, recordamos en artemilitarynaval ambos acontecimientos con esta nueva entrada.
Quiso "El INFANTE -Figuras y objetos militares de colección" encabezar su página web con un homenaje a los héroes del Alcántara. Con ese objetivo nos pusimos manos a la obra y elaboramos nuestra particular visión de una de las múltiples cargas con las que tuvo que emplearse el Regimiento Alcántara durante la aciaga jornada del 23 de Julio de 1921. La dura misión encargada a los hombres del Teniente Coronel Primo de Rivera, tras la caída de Annual y el derrumbe del dispositivo militar español en la zona oriental del Protectorado de Marruecos, era constituir el escudo que protegiera a las fuerzas españolas en repliegue hacia Melilla, y ante el que se estrellarían una y otra vez las harcas fanatizadas de Abd-el-Krim.
La gloriosa efémeride que tratamos de recordar sucedió, como hemos dicho, el 23 de Julio de 1921, sin duda el día más largo en la historia del Regimiento Alcántara. El feliz cumplimiento de su misión, que evitó el completo colapso de la Comandancia General de Melilla, se hizo a costa de un sacrificio de vértigo. Los pechos bizarros que albergaban los corazones de acero de los jinetes del Alcántara, fueron la coraza impenetrable a cuya protección se encomendaron los supervivientes del desastre de Annual en su odisea hacia Melilla. Y así, para que muchos viviesen fue menester el cruento sacrificio, en el ara sagrado de la Patria, de los héroes inmortales del Regimiento Alcántara. Y a la cabeza de ellos, la limpia y legendaria figura de su jefe: el Teniente Coronel de Caballería Don Fernando Primo de Rivera y Orbaneja.
Si, porque el balance de bajas en combate del Regimiento Alcántara en esa memorable fecha arroja la sobrecogedora cifra del 80%. De los cerca de 700 hombres que alistaba el Regimiento al comenzar el día, al final de la durísima jornada de cargas, movimientos y más cargas, sólo quedaban vivos el Teniente Coronel, dos comandantes, algunos oficiales y unos setenta de tropa. El teniente coronel Primo de Rivera moriría poco después en Monte Arruit. El 31 de julio, estando en su posición defensiva observando al enemigo, una esquirla de metralla le segó el brazo derecho, obligando la gravedad de las lesiones a su amputación; trance que hubo de sufrir con entereza ejemplar el Teniente Coronel sin ningún tipo de anestesia. Tristemente, lo precario de los medios sanitarios disponibles en Monte Arruit y su difícil situación militar, hicieron que la gangrena se llevase la vida de este modelo de valentía y caballerosidad. Murió el 6 de agosto de 1921 y por su actuación durante los sucesos de Annual recibió póstumamente la Cruz Laureada de San Fernando.
BALANCE DE BAJAS DEL ALCÁNTARA
Categoría
Inicio
Muertos
Heridos
Prisioneros
Jefes
4
3
1
-
Oficiales
30
21
4
4
Suboficiales
26
5
18
2
Clases de Tropa
617
430
2
59
Herradores
14
11
-
2
Total
691
470
25
67
CONCESIÓN DE LA LAUREADA COLECTIVA DE SAN FERNANDO
Por Resolución del Consejo de Ministros de 1 de junio de 2012 , fue concedida la Laureada Colectiva de San Fernando al Regimiento de "Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería", actual Regimiento de Caballería Acorazado "Alcántara" 10; para reconocer el heroismo derramado a raudales en el cumplimiento de la arriegada misión de proteger el repliegue de las tropas españolas desde Annual hasta el monte Arruit. Estos hechos, ocurridos entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921 durante la Guerra del Rif, fueron consecuencia del descalabro sufrido por el Ejército en las posiciones de Igueriben y Annual.
¡Que el Dios de los Ejércitos les tenga eternamente en su gloria!
SOBRE LA LÁMINA
Si te gusta esta pintura, está disponible en "El INFANTE -Figuras y objetos militares de colección". Se trata de una infoacuarela original que se ofrece enmarcada, sin marcas de agua del patrocinador, y en tamaño aproximado de 50x20 cm, y realizada en papel Canson de alto gramage.
Continuando con nuestra idea de crear ilustraciones originales sobre la evolución histórica de la uniformología militar, damos entrada a una nueva lámina correspondiente al uniforme que de los Húsares de Cantabria, unidad de caballería creada durante la Guerra de Independencia española (1808-1814) para luchar contra el invasor francés.
Disponible en óleo/acrílico o lámina.
RESEÑA DE LOS HÚSARES DE CANTABRIA
Los Húsares de Cantabria surgieron en los inicios de la Guerra de la Independencia, en el verano de 1808. Integrada en la División Cántabra, del VII Ejército, esta unidad de caballería duraría el mismo tiempo que la guerra que la alumbraría, pues acabada ésta, los Húsares de Cantabria serían fusionados en 1815 en el Regimiento de Coraceros de la Reina.
Su fundador fue el cántabro D. Juan José González de la Riva y Vivanco, VI Marqués de Villa Alcázar y experimentado oficial de Caballería curtido en la Guerra del Rosellón (1793-1795). Formó parte de las selectas tropas del Marqués de la Romana destacadas al norte europeo como aliados napoleónicos. Sin embargo, regresó a España en 1808, donde es ascendido a Teniente Coronel y recibe el encargo de crear una unidad de caballería que operase contra el invasor en la zona de la montaña cantábrica.
Con gran precariedad de medios, iniciaron sus primeras correrías con unas monturas por lo general de escaso porte y pequeña alzada, aunque resitentes y bien adaptadas a los terrenos montañosos en los que solían desenvolverse (asturcones o monchinos). Poco a poco, a medida que cosechaban éxitos sobre el invasor y a costa de éste, fueron mejorando su equipo, armamento y disciplina, lo que fue aumentando su eficacia y capacidad ofensiva.
Tras muchas escaramuzas y combates de suerte cambiante, los Húsares de Cantabria entran victoriosos en Santander en agosto de 1812. A partir de 1813 se "regularizan" e integran en grandes unidades de maniobra, participando activamente en la batalla de Vitoria y San Sebastián, donde destacaron al rechazar con brillantez un peligroso contraataque francés. Esta última acción hizo decir a un admirado Wellington que los Húsares de Cantabria estaban a la altura de los mejores soldados del mundo.
Tras vérseles combatir en Paredes de Nava, Saldaña, Rivas, Luarca, Sahagún, Aguilar de Campoo, Torrelavega, León, Oviedo, Gijón y un largo etcétera de escenarios del norte peninsular, el 10 de abril de 1814 tomarían parte, ya en suelo francés, en el último enfrentamiento de la Guerra de la Independencia: la batalla de Toulouse.
Más figuras de nuestra Colección de Uniformes Militares.
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Como ya es sabido, este Blog de pintura militar quiere ilustrar la evolución histórica de la uniformología militar -española y extranjera- mediante el aporte de trabajos originales.
Siguiendo pues con esta idea básica, presentamos una lámina militar correspondiente al uniforme que el Regimiento de Húsares de la Princesa portaba en los años sesenta del siglo XIX. Aunque ha sido múltiples veces representado por diversos artístas, entre ellos reconocidos pintores de temática militar como Cusachs o Ferrer-Dalmau, su vistoso uniforme nos invita a sumar nuestra modesta contribución al grafismo de esta afamada unidad de la caballería española.
Recordamos que estas láminas pueden personalizarse para atender necesidades específicas, pues los trabajos a medida suelen gustar a quien los recibe y resuelven compromisos de modo muy satisfactorio. Para contactar con nosotros, puede utilizar el correo electrónico visible en esta página.
Húsares de la Princesa
El Regimiento de Húsares de la Princesa fue creado en 1833 con el nombre de Húsares de la Princesa Isabel María Luisa (la futura Isabel II), recibiendo su primer estandarte en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid el 19 de marzo de ese mismo año.
Inicialmente concebido como unidad de escolta de la Princesa de Asturias, las necesidades militares de la Primera Guerra Carlista (1833-1840) obligan al regimiento a entrar en campaña, destacando por su arrojo en Orduña, Peñacerrada y Villarrobledo, acciones de guerra que fueron recompensadas cada una de ellas con la correspondiente corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando para su estandarte.
Disuelto al acabar la Guerra Carlista, reaparece en 1855 y vuelve al polvo de los combates, ahora en tierras africanas, tomando parte distinguida en las célebres batallas de los Castillejos, Tetuán y Wad-Ras. Continúa después ampliando su leyenda participando como fuerza de caballería en todas las guerras que ocupan al Ejército Español: Tercera Guerra Carlista, y campañas de Cuba y Marruecos. Finalmente, el Regimiento de Húsares de la Princesa desaparecería con la Monarquía que lo creó, siendo disuelto por el Gobierno de la Segunda República en 1931.