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Díptico del hundimiento de los cruceros de batalla y acorazados en Scapa Flow, el primero a la izquierda es el SMS derfflinger, también figura el SMS Hindenburg.. |
Auto-hudimiento de la flota de alta-mar alemana
Uno de los
episodios más duros para la Armada Alemana al término de la Primera Guerra
Mundial fue sin duda el de su trágico final en Scapa Flow el
21 de junio
de 1919. Los buques de la otrora Kaiserliche Marine fueron hundidos al
unísono por las propias tripulaciones germanas tras las orden dada por su
contraalmirante
Ludwig von Reuter.
En secreto cada barco fue informado del objetivo y la señal que debía
iniciar el proceso de hundimiento de cada buque. La señal convenida
sería el izado del banderín Z,
el que señalaba a la escuadra la orden de ataque general en situación de combate. Era de vital importancia que se ejecutara de forma sincronizada para que los británicos lo advirtieran tarde de tal forma que no se pudiera evitar el desenlace.
Para conseguir el objetivo de hundir el mayor número de barcos no contaban con ningún tipo de explosivo, ya que lógicamente las naves y sus tripulaciones fueron desarmadas. La maniobra se realizó abriendo válvulas y escotillas, y finalmente se hundieron 52 de los 74 buques de guerra fondeados en la rada de Scapa Flow.
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Acorazado de la Kaiserliche Marine hundiéndose en Scapa Flow |
Internamiento en Scapa Flow
Tras el armisticio de
1918 se acordó internar la Flota de alta-mar alemana en Scapa Flow, el almirante
Franz von Hipper
recibió la orden pertinente para cumplir tal acuerdo pero este
consiguió evitar el trance ya que fue el contraalmirante von Reuter el
que asumió el mando de la flota alemana con el objeto de entregarla a una flota combinada de los países aliados.
El dilema
El dilema que atormentaba al contraalmirante von Reuter era pensar que si las negociaciones tras el armisticio se rompían, y se reanudaba la lucha, el enemigo sumaría a su poderosa flota la propia fuerza de alta-mar Alemana, 74 barcos que habían demostrado su valía sobradamente en la Batalla de Jutlandia. En definitiva las potencias aliadas verían incrementado su potencia de destrucción en contra de Alemania. Para evitar un mal mayor von Reuter tomó la decisión de auto-hundir la flota al pensar de forma equivocada que las hostilidades se reanudarían.
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Acorazados de la Kaiserliche Marine hundiéndose en Scapa Flow |