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Blas de Lezo contempla la victoria
Tras dos largos meses de asedio las tropas británicas derrotadas
embarcan abandonando pertrechos y material de guerra. Ante la mirada
entre exhausta
y atónita de los defensores españoles, de América y Europa, se divisa el
panorama de miles de soldados remando hacia lo que
antes fue el orgullo de su armada, la otra Invencible.
La clave de la derrota británica llego en el momento crítico, los ingleses habiendo conseguido romper los dos anillos defensivos, Boca Chica y el que forman el fuerte de Manzanillo y el Castillo de Santa Cruz, veían el botín cercano. Ante ellos sólo se interponía el fuerte de San Felipe de Barajas con los restos de las fuerzas hispanas.
El enemigo huye
En esta situación el genio del Almirante Blas de Lezo entiende la oportunidad que se presenta, los soldados enemigos están exhaustos y muchos de ellos también enfermos. Contra la opinión de algunos des sus oficiales manda cargar contra el enemigo. Los elegidos son trescientos artilleros de la Armada que como diablos cargan contra el hereje al que no conceden perdón. Lo mejor del Ejercito Británico huye hacia su única salvación, el mar.
Óleo sobre lienzo
Hemos creado la obra con esta situación en mente. No hemos tratado de ser realistas, mas bien hemos pretendido idealizar la situación pintando tan solo a Don Blas de Lezo y un abanderado portando el estandarte con la cruz de borgoña. En segundo plano un grupo de barcos representando la maltrecha flota británica.
La obra está realizada enteramente a partir de la lámina digital de G. Moreno que presentaremos en otra entrada. Está pintada al óleo sobre un lienzo de 116x70Cm.
La obra está realizada enteramente a partir de la lámina digital de G. Moreno que presentaremos en otra entrada. Está pintada al óleo sobre un lienzo de 116x70Cm.